El Museo Legrand
por Claudia Gutiérrez H.
A Alejandro Javier González Legrand pocos lo conocen como Alejandro. Para todos es Coco. Coco Legrand. Padre, diseñador y uno de los humoristas chilenos más exitosos de los últimos tiempos. Amo y señor del Circus Ok, el refugio que montó en los 90 en Providencia para presentar sus cómicas rutinas. Los café concert como él mismo y muchos las llaman.
Pasearse por el Circus Ok es como estar en su casa. Es él mismo quien recibe a los comensales que cada fin de semana siguen agotando las 384 butacas de la sala. Y a mí que lo distraigo 15 minutos antes de su show para poder hacerle una pequeña entrevista.
¿Cómo lo haces para crear tus shows Coco?
Se parte de una idea que se desarrolla inicialmente con un equipo de libretistas, dramaturgos y yo. Una vez que la idea está desarrollada, nos juntamos todos y sacamos lo mejor de la idea para montar el espectáculo. En mi último espectáculo, donde trabajo con mi hijo, él hizo su parte independientemente. Nos demoramos casi un año de trabajo por cada show que sacamos.
¿De dónde sacas inspiración?
De lo que pasa en la vida. Hay que poner atención a lo que ocurre en la vida. Observo de lo mío, lo que comentan, lo que se repite en situaciones comunes. El dolor de muelas, por ejemplo, me activa algo. De mil ideas sale una buena idea. Así que para tener una buena idea, hay que pensar en mil.
El lobby y el bar están lleno de fotos de él. De sus shows. De su familia. De él en distintas situaciones. Coco los llama la "egoteca". "Es donde la gente puede tener recuerdos de parte de mi historia", señala. Y sonríe. Porque se nota que a Coco le gusta que quienes llegan al teatro, disfruten de su historia. Y lo saluden, para saludarlos de vuelta.
¿Dónde está la fórmula del éxito?
En eso. En saludar. En que la gente se da cuenta que hay un compromiso real con el oficio, que se está presente año a año.
Su hijo es parte fundamental de esta nueva etapa. Matías González estudió Publicidad hasta que le ofrecieron hacer spots comerciales y empezó a pensar en trabajar con su papá. Así llegó a un sketch en el monólogo "Hasta aquí no más llegamos". De ahí saltó a la actuación en teleseries hasta hoy, momento en el que comparte su trabajo en el área dramática de Megavisión, con un monólogo en el último espectáculo de su padre y una compañía de teatro propia, "Los Hermanos Brothers".
Matías es muy parecido a su padre. Se siente cómodo en el teatro. Y en el Circus Ok aún más.
¿Pensaste alguna vez en trabajar con tu hijo Coco?
Nunca. Nunca lo visualicé haciendo esto. Él estaba ligado a los deportes y en eso lo veía. Pero cuando vi una vez el espectáculo de su compañía de teatro me gustó tanto que le dije que trabajáramos juntos.
Ya es hora. Matías ya está aquí y el show empieza en 5 minutos. "Nos venimos a reír Coco", le dice un animado espectador. "A ver si lo hacemos reír", le dice el humorista humildemente. Y vaya que sí. Los 90 minutos del espectáculo "Los Coquitos dicen", que comparte monólogos de Coco y su hijo, son una sinfonía de carcajadas. Ya van 4 meses de funciones agotadas cada fin de semana. Y según el productor de Coco, Roberto Grimm, se proyecta otro año y medio más de funciones. A tablero vuelto.
A Alejandro Javier González Legrand pocos lo conocen como Alejandro. Para todos es Coco. Coco Legrand. Padre, diseñador y uno de los humoristas chilenos más exitosos de los últimos tiempos. Amo y señor del Circus Ok, el refugio que montó en los 90 en Providencia para presentar sus cómicas rutinas. Los café concert como él mismo y muchos las llaman.
Pasearse por el Circus Ok es como estar en su casa. Es él mismo quien recibe a los comensales que cada fin de semana siguen agotando las 384 butacas de la sala. Y a mí que lo distraigo 15 minutos antes de su show para poder hacerle una pequeña entrevista.
¿Cómo lo haces para crear tus shows Coco?
Se parte de una idea que se desarrolla inicialmente con un equipo de libretistas, dramaturgos y yo. Una vez que la idea está desarrollada, nos juntamos todos y sacamos lo mejor de la idea para montar el espectáculo. En mi último espectáculo, donde trabajo con mi hijo, él hizo su parte independientemente. Nos demoramos casi un año de trabajo por cada show que sacamos.
¿De dónde sacas inspiración?
De lo que pasa en la vida. Hay que poner atención a lo que ocurre en la vida. Observo de lo mío, lo que comentan, lo que se repite en situaciones comunes. El dolor de muelas, por ejemplo, me activa algo. De mil ideas sale una buena idea. Así que para tener una buena idea, hay que pensar en mil.
El lobby y el bar están lleno de fotos de él. De sus shows. De su familia. De él en distintas situaciones. Coco los llama la "egoteca". "Es donde la gente puede tener recuerdos de parte de mi historia", señala. Y sonríe. Porque se nota que a Coco le gusta que quienes llegan al teatro, disfruten de su historia. Y lo saluden, para saludarlos de vuelta.
¿Dónde está la fórmula del éxito?
En eso. En saludar. En que la gente se da cuenta que hay un compromiso real con el oficio, que se está presente año a año.
Su hijo es parte fundamental de esta nueva etapa. Matías González estudió Publicidad hasta que le ofrecieron hacer spots comerciales y empezó a pensar en trabajar con su papá. Así llegó a un sketch en el monólogo "Hasta aquí no más llegamos". De ahí saltó a la actuación en teleseries hasta hoy, momento en el que comparte su trabajo en el área dramática de Megavisión, con un monólogo en el último espectáculo de su padre y una compañía de teatro propia, "Los Hermanos Brothers".
Matías es muy parecido a su padre. Se siente cómodo en el teatro. Y en el Circus Ok aún más.
¿Pensaste alguna vez en trabajar con tu hijo Coco?
Nunca. Nunca lo visualicé haciendo esto. Él estaba ligado a los deportes y en eso lo veía. Pero cuando vi una vez el espectáculo de su compañía de teatro me gustó tanto que le dije que trabajáramos juntos.
Ya es hora. Matías ya está aquí y el show empieza en 5 minutos. "Nos venimos a reír Coco", le dice un animado espectador. "A ver si lo hacemos reír", le dice el humorista humildemente. Y vaya que sí. Los 90 minutos del espectáculo "Los Coquitos dicen", que comparte monólogos de Coco y su hijo, son una sinfonía de carcajadas. Ya van 4 meses de funciones agotadas cada fin de semana. Y según el productor de Coco, Roberto Grimm, se proyecta otro año y medio más de funciones. A tablero vuelto.